Ave María Purísima
Sin pecado concebida hijo, sin pecado
concebida.
Padre me acuso de ser como como uno de otros muchos españoles de
ir por obligación al servicio militar, lugar de forja de hombres como decían
muchos “ya verás cuando vayas a la mili, allí te harás un hombre”, pues la
verdad que no lo consiguieron porque sigo siendo un niño, un niño un poco ya
entradito en años, pero un niño.
Puedo dar fe, de que dentro de la vida militar me refiero al
cuartel conocí a grandes personas, tanto mandos como compañeros de quinta, pero
también conocí a grandes hijos de puta, tanto mandos como compañeros de quinta.
Nunca se me olvidara el nombre del teniente medico Dolset Asensio,
que gran persona, pero por ser una gran persona un grandísimo cabrón que ni tan
siquiera me acuerdo de su nombre, solo me acuerdo que era capitán se le calzo,
arrestándolo en lo que llamaban bajo bandera, que era para un militar como el
teniente Dolset un gran desprecio y lo más duro es que fue por ayudar a unos
civiles en un accidente de coche en el pirineo catalán.
Este pequeño prologo viene dedicado al teniente del ejército
español Luis Gonzalo Segura, un hombre que por escribir un libro y decir la
realidad de la podredumbre de parte del Ejército Español está en la cárcel, si
entre todos no lo paramos, no lo paramos se tirara mucho tiempo.
Este militar de carrera, no chusquero como otros muchos, denuncia
en su libro las vivencias que
les ocurre a cuantiosos personajes a lo largo de su día a día, personas
supuestamente de carne y hueso, todo dentro del Ejército de España. Una manera
de imaginar una casta en la que el poder como la policía o la justicia y medios
de comunicación fueran los dominantes. Un sitio en el que el poder puede con la
libertad de los seres humanos, reprimiéndose a la voluntad de los grandes
titanes que controlan todo el terreno.
Solo por esto por escribir una
novela de corte de denuncia se ve actualmente en prisión, bueno actualmente está
en el hospital militar Gómez Ulla ya que el día 17/07/2014, un día antes de ser
arrestado empezó una huelga de hambre y en estos momentos está en observación.
En una nota de prensa, Defensa ha insistido en que el citado
oficial, como todo militar profesional, está sometido a las Reales Ordenanzas y
a la Ley Orgánica de Derechos y Deberes de los miembros de la Fuerzas Armadas, lo que quiere decir es que los militares españoles no tienen
libertad de expresión.
Además, Defensa asegura que existen cauces tipificados
para que los militares, cualquiera
que sea su empleo, puedan elevar quejas o reclamaciones ante hechos que puedan
considerar irregulares, entiendo que quiere decir que no hay ninguna
diferencia con la camorra napolitana o la mafia siciliana, por destacar dos
tipos de cauces muy tipificados en la sociedad podrida en la que vivimos, vamos,
que los trapos sucios se lavan en casa y no le demos más vueltas.
Para que veáis cómo es esto y cómo lleva
existiendo desde los orígenes de los tiempos, os voy a poner la transcripción de la conversación grabada entre el teniente Luis Gonzalo
Segura y el general José Luis Goberna, publicada en el periódico digital “publico.es”
General: Yo he
visto lo que tú me has contado y mucho más. Pero la forma de atacar esta
empresa, sus irregularidades o las cosas que nos desmoralizan, es pelear en el
día a día.. Porque al final ganas.
Teniente: Pero a mí
me están cortando...
G: Pelear en
el día a día supone tener paciencia, trabajar todos los días. Si yo te contara
mi vida, lo tuyo es una coña. Lo tuyo es una coña, comparado con cosas que tú
ni puedes contar. Yo no soy una persona especialmente simpática, porque lo que
necesito es hacer trabajar a la gente. Pues evidentemente yo tengo una
responsabilidad debida, que me enseñó mi primer capitán. Él me contó una cosa
pero luego hacía otra, con lo cual fue mi primera decepción. Cuando sales de la
Academia y vas a tu primer destino, te cuentan una película y te la crees. Y a
los dos meses quien te la cuenta actúa de forma contraria. Así que tus crisis
morales yo las comprendo perfectamente. Pero mi técnica fue distinta. Si yo
hubiera hecho lo que has hecho tú, estaría muerto en combate. ¿Tú sabes cuál
fue mi técnica para afrontar todos esos problemas que tú me cuentas, y mucho
más graves, económicos, de irregularidades...? Y he llegado a general con esta
técnica... ¿Sabes cuál es? La japonesa. Trabajar más, agotar el sistema por saturación.
Cuando me han tocado los huevos, no he ido al juzgado, lo que he hecho ha sido
trabajar más. ¿Sabes quién es el deudor de eso? Yo. Y para esto hace falta una
cosa muy importante, que es vocación militar. En la empresa en la que trabajas
se obedece a unos ideales de servicio superiores a la coyuntura que te rodea.
Esto hay que tenerlo claro, unos ideales claros, y tener suerte. Suerte en el
sentido de tener amigos, compañeros, que te ayuden. Porque esta no es una labor
de una sola persona. Yo en este primer destino en el que me sentí tan desolado
me encontré con dos o tres sargentos que me seguían. Hicimos nuestro mundo. Mi
técnica en adelante siempre fue la misma, trabajar más. Si no te arrinconan. A
trabajar más no me gana nadie, y no tengo que denunciar a nadie. Cuando yo era
teniente mi primer destino fue Campamento, aquí. Me dieron una sección y tenía
tres sargentos. (...) ¿Qué hacía yo? Trabajar más. Estaba con los soldados
hasta las siete de la tarde todos los días. Y si había un programa de instrucción
a las cuatro de la mañana, yo venía. ¿Cómo crees que me trataban mis compañeros
los tenientes?
T: Me imagino
que no muy bien.
G: Me
vino uno y me dijo que me buscara una novia y que dejara que de tocar las
pelotas, que a mí me pagaban por ser teniente, no por trabajar. Y si trabajaba
tenían que pagarme dietas. Me reí y pensé que estaba jodiendo el sistema.
¿Quién ha pagado esto? Mi tiempo. Y mi mujer y mi familia. La única manera de
trabajar contra esta iglesia no son las denuncias, porque al final el sistema
te depura, se libra, es tan terrible que se libra de ti. Entonces, si tienes
verdadera vocación de militar, y me consta que la debes de tener para iniciar
este camino, tienes que de alguna manera tentar a la suerte. Y trabajar más. Yo
he tenido suerte, me he encontrado con jefes a los que les ha ido bien con mi
trabajo. Mi técnica es esa, trabajar más y hacer equipo.
T: Mi
general...
G: Personalmente
no te puedo decir más. Pero estás eligiendo un camino malo porque te estás
poniendo en contra al sistema. ¿Entonces qué ocurre? Que hay personas, de mayor
jerarquía y con más poder, se aprovechan del sistema. Un caso muy concreto. Si
el problema es que te hacen unas calificaciones y tú no estás de acuerdo con
esas calificaciones no debes entrar en la dinámica de lo personal con las
alegaciones. Lo que ocurre es que el sistema se eriza hacia atrás. El sistema
es muy duro, yo no he podido con él. No puedes cambiar las cosas. Debes
intentar hacerlo de la manera humanamente que tu saludo y tus capacidades te lo
permitan. Trabajar más y hacer equipo. Te entiendo perfectamente todo lo que me
has contado. Tienes razón en que no hay derecho a que se dañe tu imagen y que
nadie te puede obligar a hacer sinvergüencerías. Pero no es la manera de luchar
contra este sistema, hay otras formas.
T: ¿Y qué
hago? ¿Permito que sigan sucediendo esas cosas?
G: No. Haces
lo que has hecho, gritar más, hasta que llegue alguien que te oiga. Ten
paciencia. Te puedo citar a lo largo de mi vida militar múltiples situaciones
en la División Acorazada, en la Guardia Real, en el Estado Mayor del Ejército,
en la OTAN, tengo una variedad de destinos que no veas, tengo muchos amigos y
enemigos. Y oirás muchas cosas de mí. Pero hay una cosa que no tolero, que es
no trabajar. Y mi técnica es que yo doy siempre primero, luego pido y luego
exijo. Doy, pido, exijo. Al subalterno no le voy a pedir nada cuando llego. A
mis hombres yo primero les doy todo, doy transparencia, formación... y dentro
de un año empezaré a pedir y dentro de dos años empezaré a exigir. Siempre es
lo mismo. No voy a pedir lo que he dado y no voy a exigir lo que antes no haya
pedido. Este es el sistema de trabajo, no hay otra manera. Mi padre me dio un
consejo cuando le dije que quería ser militar. Me trató de disuadir de todas
las formas posibles. Y me dijo: te vas a encontrar con una empresa que se
caracteriza por ser funcionarios. Y en España el funcionario que de trabajar
murió herniado, merecía ser fusilado. Yo pensaba que en Ejército toda la
parafernalia del funcionario de Haciendo o de Tráfico se superaba, porque había
un componente moral mucho más alto, de entrega al servicio, de entrega a
España, de entrega a un bien superior que nos trascendía. Yo sigo creyendo eso
y tengo esos principios morales. Y quien no los tiene choca conmigo. Te pido
que te lo repienses. Mientras yo esté aquí, vas a tener satisfacción moral. Yo
te voy a ayudar, te lo aseguro. Incluso en eso que te han archivado, yo te
ayudo. Te puedo citar ejemplos mucho peores que los tuyos. Lo que me has contado
no me suena nada raro. Pero es que es importante que relajes la mente. Eso no
quiere decir que vayamos a permitir ninguna sinvergüencería ni que vayamos a
permitir que nadie empañe la moral del Ejército. Porque eso va contra mí y
contra mis principios. Yo te voy a ayudar. Pero deja de gastarte la pasta tío.
Porque lo único que estás haciendo es engordar a un bufete y aquí estás
poniendo el ambiente que te cagas, porque todo el mundo se escuda en...
T: En que yo
denuncio. Es que no encuentro...
G: Se dan unas
connotaciones que tú no controlas. Eres una buena cobertura para mucha mierda.
Yo no te digo que dejes de hacer lo que haces, te digo que te lo pienses.
Porque la empresa es muy dura. Cuando estuve en A Coruña yo tuve un magnífico
jefe de Estado Mayor, se estaba retirando. Era un abuelo cojonudo. El otro día
lo dije en el discurso. Esto es
una empresa que cuando nosotros entramos ya existía. Y cuando nos vamos sigue
existiendo. Es consustancial a la idiosincrasia del país, es decir, no podemos
dejar de ser españoles. No te empeñes en sanear una empresa cuando a lo mejor
todo el país está podrido. El margen, desde el punto de vista cristiano, es que
tú puedes hacer lo que está en tu mano, no intentes lavar toda la empresa,
porque la institución reacciona contra ti y te mata. Te mata. Cada uno hace lo que
puede...
T: El tema mi
general es que yo eso ya lo he asumido...
G: No caigas
en la trampa. Ahora te doy una opinión. Te has metido en una trampa que te
perjudica personalmente. No lo vas a conseguir.
T: He
asumido...
G: No, yo
creo que no. Eres muy joven para asumir eso.
T: Pero, he
intentado...
Creo que poco más se puede decir, solo que mi paso al frente, igual
que el de muchos de vosotros también está dado.
Mi penitencia esta
semana si me lo permitís será la siguiente “Si tapamos lo podrido, las ratas, las cucarachas y los gusanos empezaran
a multiplicarse y cada vez nos costara más trabajo terminar con ellos”.
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