lunes, 30 de diciembre de 2013

EL TIEMPO 30-12-2013

Alguna vez me he parado a pensar acerca del tiempo, hablo de ese elemento que merece tanto respeto, que rodea y hace funcionar todo lo que vemos. La gente madura se pone al día con él, peinan canas en el pelo y arrugas en el cuerpo. Esta vara de medir que es el tiempo, es el único juez que da y quita razones. Hace que lo que nos importaba ayer, hoy sea traspasado al último de los planos y viceversa.
Observo, sin embargo, que las personas no le damos la relevancia que merece. Se actúa en ocasiones como si fuese un bien infinito, inagotable, que se puede congelar, acelerar o incluso rebobinar, muestra de ello lo pueden constituir las famosas hipotecas a un sinfín de años firmadas en una burbuja inmobiliaria que nos hicieron creer que nunca explotaría. El castigo por subestimar al tiempo es una crisis económica mundial que nos azota ya desde hace más seis años, pero que no nos confundamos que todos hemos sido participes, ya sea por nuestra ignorancia de creer que esto era una bicoca y nunca nos podía fallar o por el simple hecho de intentar aparentar lo que no somos. Me hace gracia en esos tiempos cercanos cuando escuchaba algún incauto cercano hablar de "nosotros la clase media"
Por tanto, cuando escucho aquello del “Carpe Diem” en los descentrados hijos de esa mal organizada y llamada por mí, clase media de la burbuja inmobiliaria, no puedo evitar llevarme las manos a la cabeza y pensar que cometen el mismo pecado de soberbia que otros ya realizaron antes, pero estos, además con el agravio de no darse cuenta que papa y mama no duran toda la vida y que todo lo que se consiguió años atrás en beneficios sociales se están perdiendo y que manifestándonos con la litrona y en botellones no se arregla esto y vosotros los más jóvenes sois los que tenéis que sacar para adelante, este país y este mundo, siempre desde el dialogo, el respeto y manifestaciones pacificas, pero manifestaciones, hoy, mañana, pasado, todas las que hagan falta, que se empiecen a dar cuenta que sí os importa el tiempo y el futuro . A fin de cuentas, vivir el momento solo implica eso, un momento. Pero la vida reserva innumerables momentos, más que están por venir, y pueden quedar comprometidos por una absurdez perpetrada en un determinado punto.
La reflexión es clara. Si bien no podemos vivir obsesionados con la idea del futuro, esta debe estar siempre presente en todas y cada una de las acciones que desempeñamos. La frase de hoy, al contrario que otros días, es una que considero errónea, es de la obra “El Príncipe de la Niebla”de Carlos Ruiz Zafón “el tiempo no existe, es una tontería, una ilusión”.





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